Un mes más, aquí estamos con un resumen de algunas de las últimas paleonoticias:
En junio de 2006 se descubrieron en Svalbard los restos de un enorme depredador marino. Dichos restos fueron excavados en 2008, y al año siguiente el Museo de Historia Natural de Oslo anunció el hallazgo. Los investigadores afirmaron que se trataba de un plesiosaurio de gran tamaño (en torno a 15 metros de longitud), y a falta de un estudio más exhaustivo de los restos, se le dio el nombre de Depredador X. Esos estudios ya se han hecho y se acaban de publicar: este gigantesco animal era, efectivamente, un plesiosaurio del género Pliosaurus. Puesto que es una nueva especie, el Depredador X pasa a ser Pliosaurus funkei.
Una hembra de Pliosaurus funkei, por Julio Lacerda
Y siguiendo con los habitantes de los ecosistemas acuáticos, vamos a hablar de peces. En primer lugar, de Potanichthys xingyiensis, el pez volador más antiguo que se conoce, encontrado en depósitos del Triásico medio de China (sin embargo, no está emparentado con los peces voladores actuales, que surgieron mucho más tarde); en segundo, de los estudios llevados a cabo en Compagopiscis croucheri, que aportan nuevos datos sobre el origen de las mandíbulas y los dientes en los vertebrados.
Reconstrucciones de Potanichthys y Compagopiscis, respectivamente.
También en China se encontró en 2008 una enorme concentración de tortugas fósiles procedentes del Jurásico. Los científicos alemanes que han publicado el estudio creen que estas tortugas pudieron agruparse en alguna de las escasas charcas que quedaban durante la estación seca. Más información aquí. Y además, tenemos otra nueva tortuga del Mesozoico ibérico, Larachelus morla, en homenaje al personaje de La Historia Interminable, de Michael Ende. Abajo tenéis la referencia, pero os pueden contar un poco más en El Cuaderno de Godzillín.
Y pasando a mamíferos, tenemos una muy reciente publicación sobre Ailuropodinae, el grupo al que pertenece el oso panda (Ailuropoda melanoleuca). Kretzoiarctos es un nuevo género de este grupo, y ha sido descrito por paleontólogos del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Valencia. Sus restos fueron encontrados en Zaragoza y Barcelona, y con una antigüedad de 11-12 millones de años, es el representante más antiguo de este linaje.
Y por último, vamos una vez más con los populares dinosaurios, que en unas pocas semanas han sido objeto de noticia varias veces. Para empezar, debido a la publicación de tres nuevos géneros: Alnashetri cerropoliciensis, Xenoceratops foremostensis y Sauroniops pachytholus. El primero es un alvarezsáurido de pequeño tamaño (50 cm de largo y 20 de alto, el más pequeño hasta al fecha) del Cretácico superior de Argentina; el segundo es el miembro más antiguo de la familia Ceratopsidae encontrado en Canadá, un centrosaurino de 6 metros de longitud cuyos restos fueron encontrados en los 50. Por su parte, Sauroniops ("ojo de Sauron") es un nuevo carcarodontosaurio del Cenomaniense de África. Sus restos, sin embargo, son realmente escasos, pues solo constan de un hueso frontal izquierdo, caracterizado, entre otras cosas, por un engrosamiento que serviría, según los autores, para la exhibición o el combate.
Realmente curioso (tanto por el tema como por las ilustraciones, pasando por el título) fue el artículo que se publicó en Nature hace unas semanas: "Cómo comerse un Triceratops". En él se afirmaba, tras haber estudiado marcas de mordiscos en las golas de estos ceratopsios, que los tiranosaurios descabezaban a los tricerátops para acceder a los músculos del cuello y poder comer sin problemas. Aquí el enlace.
Sin embargo, la noticia dinosauriana más llamativa de las últimas semanas es el descubrimiento de tres nuevos ejemplares de Ornithomimus edmontonicus en Alberta (Canadá), dos adultos y un juvenil. ¿Por qué? Porque estos tres ejemplares constituyen la primera evidencia de plumas en ornitmomimosaurios (aunque no era descabellado en absoluto pensar que las tuvieran). Los adultos conservan estructuras filamentosas a lo largo del cuerpo, y en el brazo marcas de las inserciones de los raquis de las plumas; el juvenil, por el contrario, solamente estaría cubierto por estructuras filamentosas. En este enlace a la web de Science (donde se publicó el artículo) podéis ver vosotros mismos todas las imágenes de los fósiles, así como los detalles de las plumas.
Aunque nuestro ornitomimosaurio particular, Pelecanimimus polyodon (o Corretón, para los amigos), presenta evidencia directa de piel en el cuello y la cabeza, cabe preguntarse si el resto de su cuerpo no habría tenido algún tipo de cobertera filamentosa. ¿Habrá que empezar a representarle emplumado? Os dejamos con esta pregunta.Y pasando a mamíferos, tenemos una muy reciente publicación sobre Ailuropodinae, el grupo al que pertenece el oso panda (Ailuropoda melanoleuca). Kretzoiarctos es un nuevo género de este grupo, y ha sido descrito por paleontólogos del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Valencia. Sus restos fueron encontrados en Zaragoza y Barcelona, y con una antigüedad de 11-12 millones de años, es el representante más antiguo de este linaje.
Y por último, vamos una vez más con los populares dinosaurios, que en unas pocas semanas han sido objeto de noticia varias veces. Para empezar, debido a la publicación de tres nuevos géneros: Alnashetri cerropoliciensis, Xenoceratops foremostensis y Sauroniops pachytholus. El primero es un alvarezsáurido de pequeño tamaño (50 cm de largo y 20 de alto, el más pequeño hasta al fecha) del Cretácico superior de Argentina; el segundo es el miembro más antiguo de la familia Ceratopsidae encontrado en Canadá, un centrosaurino de 6 metros de longitud cuyos restos fueron encontrados en los 50. Por su parte, Sauroniops ("ojo de Sauron") es un nuevo carcarodontosaurio del Cenomaniense de África. Sus restos, sin embargo, son realmente escasos, pues solo constan de un hueso frontal izquierdo, caracterizado, entre otras cosas, por un engrosamiento que serviría, según los autores, para la exhibición o el combate.
Recreación en vida del dinosaurio Xenoceratops foremostensis, por Julius Csotonyi, a la izquierda. A la derecha, una imagen del holotipo de Sauroniops pachytholus y una reconstrucción del cráneo (por Andrea Cau). En el centro, una ilustración de Sauroniops, con dos espinosaurios juveniles en primer plano, por Emiliano Troco.
Realmente curioso (tanto por el tema como por las ilustraciones, pasando por el título) fue el artículo que se publicó en Nature hace unas semanas: "Cómo comerse un Triceratops". En él se afirmaba, tras haber estudiado marcas de mordiscos en las golas de estos ceratopsios, que los tiranosaurios descabezaban a los tricerátops para acceder a los músculos del cuello y poder comer sin problemas. Aquí el enlace.
¿No sabes cómo comerte un Triceratops? Tyrannosaurus rex te enseña a hacerlo bien en 4 sencillos pasos (dibujos por Nate Carroll).
Sin embargo, la noticia dinosauriana más llamativa de las últimas semanas es el descubrimiento de tres nuevos ejemplares de Ornithomimus edmontonicus en Alberta (Canadá), dos adultos y un juvenil. ¿Por qué? Porque estos tres ejemplares constituyen la primera evidencia de plumas en ornitmomimosaurios (aunque no era descabellado en absoluto pensar que las tuvieran). Los adultos conservan estructuras filamentosas a lo largo del cuerpo, y en el brazo marcas de las inserciones de los raquis de las plumas; el juvenil, por el contrario, solamente estaría cubierto por estructuras filamentosas. En este enlace a la web de Science (donde se publicó el artículo) podéis ver vosotros mismos todas las imágenes de los fósiles, así como los detalles de las plumas.
Reconstrucción de un adulto y un juvenil de Ornithomimus edmontonicus, también por Julius Csotonyi.
Carlosdino
Referencias:
Abella J, Alba DM, Robles JM, Valenciano A, Rotgers C, et al. (2012) Kretzoiarctos gen. nov., the Oldest Member of the Giant Panda Clade. PLoS ONE 7(11): e48985.
Andrea Cau, Fabio M. Dalla Vecchia and Matteo Fabbri (2012). «A thick-skulled theropod (Dinosauria, Saurischia) from the Upper Cretaceous of Morocco with implications for carcharodontosaurid cranial evolution». Cretaceous Research
Knutsen, E.M., Druckenmiller, P.S. & Hurum, J.H. A new species of Pliosaurus (Sauropterygia: Plesiosauria) from the Middle Volgian of central Spitsbergen, Norway. Norwegian Journal of Geology, Vol 92, pp. 235-258
Michael J. Ryan, David C. Evans and Kieran M. Shepherd (2012). «A new ceratopsid from the Foremost Formation (middle Campanian) of Alberta». Canadian Journal of Earth Sciences 49 (10): pp. 1251–1262
Pérez-García, A., and Murelaga, X. 2012. Larachelus morla, gen. et sp. nov., a new member of the little-known European Early Cretaceous record of stem cryptodiran turtles. Journal of Vertebrate Paleontology 32 (6).
Peter J. Makovicky, Sebastián Apesteguía and Federico A. Gianechini (2012). «A New Coelurosaurian Theropod from the La Buitrera Fossil Locality of Río Negro, Argentina». Fieldiana Life and Earth Sciences 5: pp. 90–98.
Rucklin, Martin; Donoghue, Philip C. J.; Johanson, Zerina; Trinajstic, Kate; Marone, Federica; Stampanoni, Marco. Development of teeth and jaws in the earliest jawed vertebrates. Nature (2012)
Xu G-H, Zhao L-J, Gao K-Q,Wu F-X. 2012 A new stem-neopterygian fish from the Middle Triassic of China shows the earliest over-water gliding strategy of the vertebrates. Proc R Soc B 20122261.
Zelenitsky, D. K.; Therrien, F.; Erickson, G. M.; Debuhr, C. L.; Kobayashi, Y.; Eberth, D. A.; Hadfield, F. (2012). "Feathered Non-Avian Dinosaurs from North America Provide Insight into Wing Origins". Science 338 (6106): 510.